Por Hugo Huberman, desde El Salvador | 3.11.2009 Vilma Coreas Guzman, Higinia Hernandez, Dolores Hernandez, Margarita Marroquin son parte de un colectivo de 28 parteras; juntos hemos sacado la cuenta llevan mas de 4000 partos. Dan cobertura de asistencia y acompañamiento en los embarazos dentro de comunidades que suman 25000 personas. Van a las casas, una por una, dan procesos sobre derechos sexuales y reproductivos, van siguiendo como crecen los cuerpos de muchas mujeres embarazadas, van afirmando sus decisiones, ni buenas ni malas, sosteniéndolas. Estar con, no es controlar, es celebrar juntas. Los besos y abrazos están frescos, se han quedado impregnados del encuentro que tuvimos con los equinoccios. Son parte de esta comunidad que las cobija, escucha y se han organizado hace muchos años. Se juntan en la Casa de la Salud comunitaria, Vilma sabe que solo ese esfuerzo de estar ligadas es lo que las mantiene mujeres. Un tumor intentó con ella, no pudo, la fuerza de todas pudo mas. Los cuidados forman parte de su sentido vital pero cuidar también para ellas es estar atentas a los que las rodean, a la violencia que sufren sus compañeras. Casa por casa han conversado y han organizado la Campaña junto al pájaro Torogoz, ave nacional de El Salvador . Van conversando con sus hombres, con jóvenes, afirmando la posibilidad de que la vida no este sola, que lo que viene sea de dos, que el respeto y la aceptación sea eje de la convivencia. Esta comunidad de pájaros y flores, fue un pueblo fantasma durante muchos años del genocidio salvadoreño, saqueada y bombardeada, territorio del dolor, memoria sin registrar, cuando chicas 12 y 13 años (ellas), dejaron sus fusiles de lado y comenzaron a hacerse manos de partos, voces de aliento, escucha atenta, promotoras de salud.. Sus historias vitales tienen susurros sutiles, plenos de dolores propios y ajenos, niños y niñas crecen en sus comunidades, ya han atendido a mujeres que ellas mismas han traído a este mundo complejo. En cada uno de sus gestos hay memoria viva latiendo para ser no olvidada, tomada en cuenta, registrada para arrancarla del olvido, mujeres de parto de nuevas historias. Son tantas, tantas como partos. Vilma las enhebra, está abierta a ser parte de ellas. La selva es de ellas, de sus caminos, lluvias y andares, más de treinta años de andares. El tiempo; ese avatar del futuro, les va dando presencia continua entre sus comunidades, andan entre sus familias, afirmando, confirmando, haciendo junto con…. El Estado las desconoce, las evita y restringe, sin embargo aquí están, haciendo lo suyo, en silencio, con sentidos, armando campañas, de libertades precisas, de afirmaciones que marcan y dan significados, de visibilizaciones. Van por mas, por un proceso de formación de mujeres jóvenes en su labor, una casa para mujeres por parir, quizás una ambulancia de la asociación, para llevar y traer compañeras . Van cambiando la historia , sin pudores, sin temor, sin prisa ni pausa. En sus manos se ven esas transformaciones, en las casas sus pájaros de estar alertas , andando ... No están solas, pájaros y flores esparcen su semilla. Yo también. Solo escribirles y florecerá. Mail de Vilma: vilmacoreasguzman@hotmail.com |
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Manos de partos, pájaros y flores
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