Por una licencia maternal de al menos 180 días después del nacimiento
En muchos casos estamos forzadas a no perder el trabajo por necesidades económicas, con una mínima hora por "lactancia" que no cubre en nada las necesidades de un bebé recién nacido, que durante el día puede mamar cada dos o tres horas. Cansadas por dormir mal, estresadas, con la cabeza en "otro lado", un "otro lado" que no es ni más ni menos que ese bebé que lo único que necesita para estar bien es a su mamá, la que lo acunó en su cuerpo durante 9 meses, la que lo alimenta de su pecho, la que le susurra palabras de amor para reconfortarlo...
Las mamás trabajadoras y nuestros bebés necesitamos al menos 6 meses de tiempo y dedicación exclusiva. Es el tiempo que se recomienda de lactancia exclusiva y el que asegura que la díada mamá/bebé se fortalezca de manera tal de poder afrontar la separación temporaria con más herramientas.
Por eso es que pedimos que la Licencia por Maternidad se extienda a 180 días luego del nacimiento, para todas, en todo el país y en todos los ámbitos.
Creemos que es un derecho que tenemos que obtener.
Consideramos que desde el Estado se puede garantizar.
Sumate a la lucha, juntas lo vamos a lograr.
La persistencia histórica del patriarcado
No hay naturaleza humana asexuada; hay hombres y mujeres y, para algunos, otros sexos. Hablar de naturaleza humana sin hablar de la diferencia sexual es ocultar que la “mitad” de la humanidad integrada por las mujeres vale menos que la de los hombres. Bajo formas cambiantes según tiempo y lugar, las mujeres han sido consideradas seres cuya humanidad es problemática (más peligrosa o menos capaz) en comparación con la de los hombres. A la dominación sexual que este prejuicio genera la llamamos patriarcado y al sentido común que lo alimenta y reproduce, cultura patriarcal. La persistencia histórica de esta cultura es tan fuerte que, incluso en las regiones del mundo en las que ha sido oficialmente superada por la consagración constitucional de la igualdad sexual, las prácticas cotidianas de las instituciones y las relaciones sociales continúan reproduciendo el prejuicio y la desigualdad. Ser feminista hoy significa reconocer que esta discriminación existe y que es injusta, y desear activamente que sea erradicada. En las actuales condiciones históricas, hablar de naturaleza humana como si fuese sexualmente indiferente, sea en el plano filosófico o en el político, es pactar con el patriarcado.
La cultura patriarcal viene de lejos y atraviesa tanto a la cultura occidental como a las culturas africanas, indígenas e islámicas. Para Aristóteles, la mujer es un hombre mutilado y, para Santo Tomás de Aquino, siendo el hombre el elemento activo de la procreación, el nacimiento de una mujer es una señal de debilidad del procreador. A veces anclada en textos sagrados (la Biblia y el Corán), esta cultura ha estado siempre al servicio de la economía política dominante que, en los tiempos modernos, han sido el capitalismo y el colonialismo. En Tres Guineas (1938), en respuesta a un pedido de apoyo financiero para la guerra, Virginia Woolf se niega y, recordando la marginación de las mujeres en la nación, afirma provocativamente: “Como mujer, no tengo país. Como mujer, no quiero tener país. Como mujer, mi país es el mundo entero”. Durante la dictadura en Portugal, las Nuevas cartas portuguesas, publicadas en 1972 por Maria Isabel Barreno, Maria Teresa Horta y Maria Velho da Costa, denunciaban al patriarcado como parte de la estructura fascista que sostenía la guerra colonial en Africa. “Angola es nuestra” era el correlato de “las mujeres son nuestras” (de nosotros, los hombres), y con el sexo de ellas se defendía la honra de ellos. El libro fue incautado de inmediato porque justamente fue percibido como un libelo contra la guerra colonial, y sus autoras no fueron juzgadas sólo porque entretanto estalló la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974.
La violencia que la opresión sexual implica se produce bajo dos formas, hardcore y softcore. La versión hardcore es el catálogo de la vergüenza y el horror del mundo. En Portugal, en 2010 murieron 43 mujeres víctimas de la violencia doméstica. En Ciudad Juárez (México), en los últimos años fueron asesinadas 427 mujeres, todas jóvenes y pobres, trabajadoras de las fábricas del capitalismo salvaje, las maquiladoras, un crimen organizado conocido como femicidio. En varios países de Africa se sigue practicando la mutilación genital. En Arabia Saudita, hasta hace poco las mujeres ni siquiera tenían partida de nacimiento. En Irán, la vida de una mujer vale la mitad que la de un hombre en un accidente de tránsito; en un tribunal judicial, el testimonio de un hombre vale tanto como el de dos mujeres; en caso de adulterio la mujer puede ser lapidada hasta morir, una práctica que, por otro lado, está prohibida en la mayoría de los países de cultura islámica.
La versión softcore es insidiosa y silenciosa, se produce en el seno de las familias, las instituciones y las comunidades, no porque las mujeres sean inferiores sino, por el contrario, porque son consideradas superiores en su espíritu de abnegación y en su disponibilidad para ayudar en tiempos difíciles. Como es una disposición natural, no hace falta siquiera preguntarles si aceptan los encargos ni bajo qué condiciones. En Portugal, por ejemplo, los actuales recortes del gasto social del Estado victimizan en particular a las mujeres. Las mujeres son las principales proveedoras de cuidado a las personas dependientes (niños, ancianos, enfermos, personas con discapacidad). Si con la clausura de hospitales psiquiátricos y la ausencia de soluciones alternativas los enfermos mentales son devueltos a sus familias, el cuidado queda a cargo de las mujeres. La imposibilidad de conciliar el trabajo remunerado con el trabajo doméstico hace que Portugal tenga una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo. Cuidar de los vivos se torna incompatible con desear más personas vivas. Y esto es apenas una expresión extrema de algo que está pasando un poco por todas partes.
Pero la cultura patriarcal tiene, en ciertos contextos, otra dimensión particularmente perversa: la de crear en la opinión pública la idea de que las mujeres son oprimidas y, como tales, víctimas indefensas y silenciosas. Este estereotipo hace posible ignorar o desvalorizar las luchas de resistencia y la capacidad de innovación política de las mujeres.
Es así como se ignora el papel fundamental de las mujeres en la revolución de Egipto o en la lucha contra el saqueo de tierras en la India; la acción política de las mujeres que lideran municipios en tantas pequeñas ciudades africanas y su lucha contra el machismo de los líderes partidarios que bloquean el acceso femenino al poder político nacional; la lucha incesante y plena de riesgos por la punición de los criminales llevada a cabo por las madres de las jóvenes asesinadas en Ciudad Juárez; las conquistas de las mujeres indígenas e islámicas en su lucha por la igualdad y el respeto de la diferencia, transformando desde adentro las culturas a las que pertenecen; las prácticas innovadoras en defensa de la agricultura familiar y las semillas tradicionales de las mujeres de Kenia y de tantos otros países de Africa; la presencia de mujeres en los movimientos antimineros (recordemos la muerte de Betty Cariño Trujillo en Oaxaca) y en todos los que pelean por el reconocimiento de la naturaleza como “bienes comunes”, tal como ocurre en estos días en la Argentina; la palabra de las mujeres palestinas que, cuando son interrogadas por autoconvencidas feministas europeas sobre el uso de anticonceptivos, responden: “En Palestina, tener hijos es luchar contra la limpieza étnica que Israel impone a nuestro pueblo”.
* Doctor en Sociología del Derecho; profesor de las universidades de Coimbra (Portugal) y de Wisconsin (EE.UU.). Traducción: Javier Lorca.
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La ciencia avala el parto sin intervención
Prácticas como la episiotomía, el goteo de oxitocina y el rasurado, son hoy cuestionadas por la falta de evidencias médicas sobre sus beneficios
En tanto, algunos procedimientos médicos que se hacían de rutina, han demostrado carecer de todo fundamento científico y comienzan a ser desterrados, destacan las obstetras Silvina Peirú, de la Red Latinoamericana por la Humanización del Parto (Relacahupan) y Claudia Alonso, asesora de la Asociación Civil Dando a Luz.
Aquí, los especialistas desmitifican algunas de estas prácticas.
1) La episiotomía evita desgarros. Falso
Se trata de un corte realizado en el periné con la intención de ampliar y acortar el canal de parto. "Su uso se ha generalizado a pesar de que la evidencia científica muestra que no sólo no evita los desgarros, sino que lleva incluso a provocarlos", señala la obstetra Silvina Peirú, integrante de Relacahupan. Además, se trata de una práctica molesta, de recuperación lenta y dolorosa.
"El concepto actual es darle un uso restringido, sólo cuando se necesita", aporta el obstetra Ernesto Beruti, del Hospital Austral. "En la Argentina, el 90% de los partos son con episiotomía, cuando sólo sería necesaria en un 30% de los casos".
2) La administración de oxitocina acelera el parto. Verdadero, pero esto no es beneficioso.
La oxitocina es una hormona que produce naturalmente la hipófisis para que se produzca el parto. Al administrarla artificialmente por vía endovenosa ("goteo"), las contracciones se vuelven más frecuentes y dolorosas, por lo que exigen analgésicos o anestesia peridural para sobrellevarlas. "Cuando no se respetan los tiempos normales de la mujer, esto da lugar a una catarata de intervenciones médicas que transforman el parto natural en un parto de riesgo que necesita mayor vigilancia y aumenta las chances de cesárea", advierte la obstetra Claudia Alonso, de la Asociación Dando a Luz.
3) El enema evacuante previene infecciones. Falso
Esta molesta práctica resulta hoy totalmente obsoleta. "En el pasado se creía que prevenía las infecciones por contacto con la materia fecal, pero no hay evidencia científica que la justifique", señala Beruti.
4) La anestesia peridural facilita a la mujer el trabajo de parto. Depende el caso.
Aquí las opiniones están divididas. El doctor Beruti opina que "en muchos casos es recomendable porque las mujeres sin dolor disfrutan y colaboran más". Para Alonso, "la anestesia sólo debe aplicarse cuando la mujer así lo pide, o en caso de una cesárea. Nunca en forma rutinaria". Peirú destaca en cambio que "es una intervención más, y su indicación debe ser cautelosa, ya que tiene algunos riesgos y duerme músculos que necesitan estar despiertos durante el parto".
5) El rasurado perineal evita infecciones. Falso
Por el contrario, "expone a la mujer a infecciones como la foliculitis o piodermitis", dice Alonso. "Cuanto menos agredamos la zona perineal, mejor. El rasurado es incómodo para la mujer, genera prurito cuando el vello comienza a crecer", agrega Peirú. Además, el vello no incomoda el parto ni es obstáculo si hubiera que realizar una sutura.
6) La postura de parto acostada y con las piernas en alto es más cómoda. Falso
Los especialistas consultados coinciden en señalarla como "la menos fisiológica de las posiciones", que sólo resulta cómoda para los médicos. La mejor posición es aquella que la mujer elija: de pie, en silla de parto, o en cuclillas.
7) En la Argentina se realiza un número alarmante de cesáreas sin necesidad. Verdadero
La opinión es unánime en este punto. En el país, entre el 30 y el 45 % de los partos son por cesárea (según se trate de instituciones públicas o privadas), cuando en países escandinavos la media es del 12 % y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda no hacerlo en más de un 15% de los casos. Razones culturales y estructurales (hábitos intervencionistas de los médicos, temor a demandas en caso de problemas durante el parto, falta de tiempo e infraestructura), impiden que el nacimiento sea un hecho natural y con la mínima intervención.
8) Ser madre después de los 40 aumenta las complicaciones del embarazo y el riesgo de alteraciones cromosómicas del bebé. En parte.
Hoy es cada vez más común postergar la maternidad. El principal riesgo de ser madre después de los 35 es el aumento de la posibilidad de que el niño padezca alguna alteración cromosómica, siendo la más común el síndrome de down. Por eso se recomienda a las madres mayores de esa edad realizarse una ecografía especial (NT Plus 11-14) entre las 11 y las 14 semanas de embarazo, para descartar este tipo de patologías.
En cuanto a complicaciones como la hipertensión o problemas con la placenta, si bien son más frecuentes, tienen solución mediante el control estricto del embarazo.
9) Algunos estudios genéticos pre natales son riesgosos. Verdadero.
Si bien la ecografía NT Plus, que se hace entre las 11 y las 14 semanas no es riesgosa, estudios posteriores como el de vellosidades coriónicas o la amniocentesis (suelen aplicarse cuando da mal el anterior) tiene un riesgo del 1 % de perder el embarazo. En el primer caso, se recomienda realizarlo a las mamás mayores de 35 o con antecedentes de alteraciones cromosómicas en la familia (aunque en algunos países se hace a todas las embarazadas). En el segundo caso, el profesional y los futuros padres deben sopesar muy bien los riesgos de este estudio invasivo, frente a los beneficios que se pretende obtener con el diagnóstico.
10) Abusar de las ecografías puede ser perjudicial para el bebé. En parte
Los criterios al respecto son diversos. Para el doctor Beruti, "no se precisan más de 3 ecografías, aunque en las instituciones privadas se realizan muchas más": la primera entre las 8 y las 11 semanas, para ver cuántos bebés hay y si están bien implantados. La segunda en la semana 12, cuando ya se puede ver el sexo. La tercera es la más importante, entre las 22 y las 24 semanas, para evaluar el estado general del bebé.
Peirú coincide en recomendar una ecografía por trimestre, y destaca que en la Argentina "se abusa de este método". La inocuidad de la ecografía "está en revisión. No contamos con información sobre los efectos de los equipos más actuales". Por otra parte, las ecografías en 4 D resultan muy simpáticas para filmar al niño y mostrarlo a parientes y amigos, pero no aportan mayores detalles para el diagnóstico médico
Chequeos antes de ser mamá
Antes del embarazo, lo ideal es hacer una consulta pre natal que incluya un examen físico completo, chequeo de parámetros de laboratorio (hemograma, glucemia, detección de enfermedades de transmisión sexual, toxoplasmosis, cultivo de orina, grupo y factor sanguíneo).
Una vez determinado el embarazo, visitar al obstetra mensualmente hasta el séptimo mes, cada 15 días hasta el octavo y luego semanalmente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de cinco controles durante el embarazo.
Es recomendable que las mujeres mayores de 35 reciban asesoramiento genético.
Dónde consultar
La primera línea de colectivos gratis y manejada por mujeres
03/04/11 Une Villa Adelina con el Bajo, con 28 choferes. Reemplaza a una que dejó de pasar.
PorMARIANO ROA
La vida de Rita Ibáñez está por comenzar una nueva etapa. El viernes cumplió 43 y entre los cariños abundaron las felicitaciones por su flamante e insólito trabajo. Resulta que a partir de mañana, Rita se convertirá en chofer del único servicio de colectivos gratuitos del país manejado sólo pormujeres . “Todo llegó como un sopetón a mi vida. Estoy muy contenta aunque reconozco que me da un poco de miedo y gran ansiedad. Es increíble el revuelo que se generó en mi familia, entre mi gente cuando se enteraron que voy a manejar un bondi, me llamaron de todos lados. Durante diez años manejé un remís y no veo la hora de sentarme frente a ese enorme volante y poner primera”, cuenta Rita en diálogo con Clarín .
Además de tener a mujeres maniobrando los colectivos, la flamante línea que comenzó a funcionar ayer en el Partido de Vicente López, en el Norte bonaerense, ofrece otra peculiaridad: viajar es completamente gratis . Al servicio lo financia la Municipalidad. Con ocho colectivos ploteados de color verde con la leyenda “Línea Bicentenario”, unen el Oeste más remoto del Municipio, en el límite con los partidos de San Isidro y San Martín, con el Bajo, a metros de General Paz y el Río de la Plata. Según fuentes de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, sería laúnica línea gratuita de este tipo en territorio nacional.
Hasta hace unos 10 años, en Vicente López andaba la 769, que cerró por problemas económicos. En agosto de 2006 el Concejo Deliberante aprobó unaordenanza para crear “un transporte de pasajeros de jurisdicción local”. Nunca pudo concretarse porque fracasó la licitación pública. Ante el reclamo de los vecinos –el intendente Enrique García se había comprometido a impulsar la medida–, las autoridades comunales decidieron seguir adelante y se hicieron cargo de los costos.
Para llevar adelante el plan, la Municipalidad contrató a 28 mujeres como choferes , la mayoría vecinas. Tienen un sueldo promedio de $ 4.000 y trabajan en turnos de ocho horas.
Ayer. Primeras horas del servicio gratuito. A las ocho de la mañana, con una sonrisa de punta a punta que iluminaba su joven cara –a pesar del cielo apagado por las nubes–, Rafaela Nyul se sentó frente al volante del primer colectivo que salió desde la estación de Villa Adelina, en el límite entre Vicente López y San Isidro. Al terminar su recorrido, la vecina de Munro, contó: “Me encanta manejar el colectivo y a pesar de ser enorme, no es tan difícil. Eso sí, hay que estar muy atenta. La gente fue muy cordial. Se subía sin destino, sólo para pasear por el Partido. Los vecinos nos paran para chusmear y preguntarnos si de verdad el viaje es gratis. Hasta traje a mi nene de tres años para que me acompañe en este viaje inaugural. La pasó bomba”.
Y si subirse a un colectivo manejado por una mujer es poco habitual, todo se vuelve más desconcertante y divertido cuando el pasajero distingue el apellido Macri en elregistro de esa bonita chofer de pelo castaño. Aunque no tenga nada que ver con el Jefe de Gobierno porteño, Lucía Macri, de 58, se siente una estrella . “Estoy chocha. Todo el mundo nos felicita por el trabajo. En mi familia no lo podían creer. Cuando me subí al bondi, mi papá vino con la cámara de fotos. Nunca lo vi tan orgulloso. Es un momento hermoso en mi vida”, cuenta Lucía, casada, mamá de dos hijos, vecina de Villa Martelli.
“La verdad, nos tuvieron mucha paciencia. Hay que manejar semejante armatoste y calcular bien para doblar, con facilidad te podés subir a las veredas o llevarte por delante las ramas de los árboles. Por suerte ya le agarré la mano”, cierra Rita Ibáñez, a la espera de su primer viaje, mañana.