Mujer, en tu día, retrocede




8 de marzo:
Por Sarah Babiker | 10.3.2010

Mientras mujeres y feministas debaten sobre cómo comenzó la celebración del 8 de marzo, y aportan una multiplicidad de reivindicaciones y acciones, el mundo de los negocios parece haber encontrado de un modo unívoco un significado y sobretodo un objetivo para el día internacional de la mujer. Y este no podría ser otro que vender.

'Para este 9 de marzo, Dedicar ha preparado objetos y regalos especiales para homenajear a las mujeres en su día'. Así abría la página web todoenunclick.com una nota con el sugerente título: 'En su día las mujeres tienen su merchandising.' Y al merchandising no parece importarle que 'solo en un click', el redactor de la nota retrasase 24 horas la cita.

En la misma avenida Corrientes donde la tarde del lunes mujeres de todas las generaciones, en grupos, solas, entre amigas, clamaban por el derecho a disfrutar de su cuerpo y por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, en muchos escaparates podían comprarse flores, bombones, perfumes, puestos ahí para la ocasión. Posiblemente aquellas que tomaron las calles para reclamar por el derecho a la educación sexual, al aborto legal o contra la trata, no tenían especial interés, o incluso eran más bien opuestas a ser agasajadas de ese modo. Pero parece que al mercado no le preocupa no contentar a esas feministas, pues el 8 de marzo, es el día de la mujer, así en general, y algunos tienen muy claro lo que la mujer, así en general, quiere.

No se trata solo de la comercialización de la fecha, de la imposición del consumismo como aderezo insalvable a cualquier día internacional de homenaje o reivindicación. Llama la atención, por doloroso, lo específico del consumo que se potencia para las mujeres: se dirige a determinados productos adscritos a la idea encorsetada de mujer contra la que ese día las mujeres gritan en la calle. Paseando por el Abasto, una no encuentra descuentos en librerías o tiendas de tecnología. A 'la mujer' la felicitan desde los escaparates de las tiendas de ropa maniquís bien flacos, vestidos de un modo sugerente para ser siempre sexies y disponibles. Desde los catálogos y los anuncios de las tiendas de belleza, mujeres que promocionan cremas antiedad, anti celulitis, anti pelos en las piernas, y en fin anti todas esas cosas naturales contra las que es obligatorio combatir, se felicita a las mujeres y de paso se las recuerda cómo deben de ser y qué producto deben de comprar para conseguirlo, eso sí, con descuento, porque hoy es tu día.

Quién no querrá estar linda en su día. El Banco Ciudad, es un gran conocedor de las necesidades de sus clientas. Al menos esa es la impresión que da, al tutearlas en su publicidad, y conceder cómplice: En tu día te damos un 20% más de excusas para estar divina.' A la divinidad se accede con tratamientos de estética y peluquería, que es en los ámbitos donde con la tarjeta del Banco Ciudad las clientas podrán conseguir descuentos. Pero no solo, también pagarán 25% menos en algunos restaurantes, así podrán ellas mismas agasajar con su divinidad al afortunado elegido. Los dibujos de chicas escuálidas y poco probablemente usuarias de tarjetas de crédito (no porque sean dibujos si no porque representan a jovencitas) acaba por redondear la bronca que una puede sentir observando este anuncio.

Si el pasado lunes una no estaba divina, era desde luego porque no quería, no sería por falta de posibilidades: tanto el Shopping Solar de Abadía, como el de Alto Palermo, premiaban a las clientes que realizasen compras con cremas y maquillaje de regalo.

Pero el premio más buscado, el culmen del homenaje a las sufridas mujeres, tenía un nombre: Spa. Recomendado a los hombres para homenajear a sus parejas, presentado como premio en numerosos sorteos, el fin de las angustias y los padecimientos de las mujeres no llegará a través de la revolución. Para eso están los Spas: donde ellas pueden relajarse de sus dobles responsabilidades, olvidar sus angustias, dejar de sufrir por las desigualdades, y salir de su tratamiento divinas y relajadas.

Y es que, reivindicaciones a parte, no hay nada como el día de la Mujer para reforzar el estereotipo. Algunos lo hacen casi con militancia, el periódico 'La Gaceta' de Tucumán publicó pocos días antes de la cita una nota en la que conminaba a los lectores a definir a su mujer ideal. Encantados de que en pleno día de la mujer ellos siguiesen siendo los protagonistas, los lectores dan rienda suelta a una serie de estereotipos de género. Podemos decir cuanto menos que las mujeres que desfilaban el pasado 8 de marzo no eran precisamente ideales para estos hombres en busca de la mujer, mujer, la que recibe encantada flores y bombones y se esmera para estar divina, con la ayuda del Banco Ciudad, o de las campañas publicitarias de los shoppings.

Esta apropiación de la fecha para subrayar estereotipos tiene una doble contradicción, se aleja de las reivindicaciones feministas, pero también de la inspiración obrera de este día, que queda anegada en un consumismo en muchos casos elitista e incluye propuestas de lujo, como la que propone una consultora de estilo: reuniones de grupos de amigas donde se toma té y se 'disfruta' del asesoramiento de maquilladoras y asesoras de imagen profesionales. Nada más en las antípodas de cualquier espíritu feminista u obrero.

El pasado lunes, muchas mujeres aseguraban: no queremos flores, queremos derechos. Nada indica que se refiriesen al derecho a estar divinas. Aunque parece que ese es el 'único derecho' que nadie quiere negarles en su día.

Artemisa Noticias

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