Vi(h)viendo con violencia
| 30.11.2010
Casi 8 de cada 10 mujeres viviendo con VIH encuestadas padecieron o padecen alguna forma de violencia. La violencia contra las mujeres aumenta su vulnerabilidad al VIH, y a su vez el VIH/sida es un factor de riesgo para que las mujeres sufran violencia. Así lo comprobó una nueva investigación regional que presentó la semana pasada la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer –FEIM, como parte de las acciones de la Campaña por los 16 Días de activismo contra la violencia de género.
El 32,8 por ciento fue abusada sexualmente en la infancia, la mayoría de ellas ‐69,5% ‐ después sufrió otras formas de violencia. El 36,3 por ciento de las mujeres viviendo con VIH fue violada o sufrió violencia sexual y en más de la mitad de los casos los agresores eran familiares o de su entorno.
Éstas son algunas de las evidencias que reveló la investigación coordinada por FEIM y llevada adelante junto a las organizaciones Gestos (Brasil), Educación Popular y Salud‐ EPES (Chile) y Mujer y Salud‐ MySU (Uruguay)‐, con el apoyo del Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer – UNIFEM.
La publicación presenta a su vez veinte recomendaciones para que los gobiernos lleven a la acción, que fueron elaboradas a partir del análisis de las encuestas y entrevistas a mujeres que viven con VIH y el relevamiento de leyes, estadísticas, investigaciones y políticas existentes en los cuatro países.
Entre ellas se destaca, la necesidad de implementar un registro nacional unificado y sistemático de violencia contra las mujeres; desarrollar estrategias de prevención y promoción dirigidas especialmente a mujeres jóvenes en situación de pobreza; ampliar en la vigilancia epidemiológica del VIH/sida; integrar los servicios de prevención, prueba y consejería del VIH/sida a los servicios de asistencia a mujeres en situación de violencia e incluir en los servicios de consejería previos y posterior al examen de VIH, herramientas para la detección de situaciones de violencia y su derivación para atención de esta situación, entre otros.
Lipodistrofia: las huellas del estigma Pechos y abdómenes prominentes, pómulos hundidos, piernas y brazos consumidos, son la moneda de cambio que ofrecen algunas de esas drogas por salvar la vida. Signo delator, es uno de los efectos secundarios más temidos por las personas que viven con VIH y un importante obstáculo para lograr la adhesión al tratamiento, dada la violencia y discriminación ante las huellas reconocibles de la enfermedad en el cuerpo. Sin embargo, a pesar de que las marcas en los cuerpos son claramente visibles, el tema está fuera de la agenda pública. Es en este sentido que la Red Bonaerense de Personas viviendo con VIH, junto a ONUSIDA, decidió hacer foco en la lipodistrofia y organizar una muestra de fotografías. La muestra se puede visitar a partir de hoy y hasta el 10 de diciembre de 10 a 17hs, en el Salón de los Escudos del Senado de la Provincia de Buenos Aires (Calle 51 entre 7 y 8), en la ciudad de La Plata. 'Con la lipodistrofia facial siempre parezco enferma, por más que esté bien y que mi carga viral sea indetectable. Mi sueño es volver a tener los cachetes que tenía hace 5 años', cuenta unas de las mujeres retratadas para la muestra. Cuerpos que se presentan como documento incuestionable, en los que la supervivencia fue una larga batalla. La existencia de terapias antirretrovirales eficaces así como una política para su distribución gratuita, han marcado un antes y un después en la esperanza y calidad de vida de las personas que viven con VIH. Para quienes tienen acceso a la medicación, el VIH pasó de ser la enfermedad mortal de los años 80, a una infección crónica. Los beneficios de esas terapias antirretrovirales son indiscutibles, sin embargo presentan nuevos retos y desafíos. La Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH/Sida afirma que la falta de reconocimiento de la lipodistrofia como un problema, o su minimización como un 'mal menor', implica un obstáculo para alcanzar adhesión al tratamiento de algunas personas que viven con el virus. A su vez, quienes logran continuar con la medicación ven cómo se agravan los síntomas progresivamente, reforzando las huellas reconocibles de la enfermedad en sus cuerpos. 'Lipodistrofia: las huellas del estigma' expone esta realidad que reclama respuestas para mejorar la calidad de vida de las personas que viven el virus y el pleno respeto de sus derechos. |
Artemisa Noticias |
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