MICHEL ODENT




A lo largo de los años he llegado a la conclusión de que las hemorragias de postparto están casi siempre relacionadas con la interferencia inadecuada.


La hemorragia de postparto sería extremadamente rara si se entendieran y respetaran un pequeño número de reglas simples. Además, estoy tan convencido de la importancia de estas reglas simples, que he acordado en dos ocasiones atender un parto domiciliario aunque en cada caso estaba al tanto de que el parto anterior de la mujer había acabado con una extracción manual de la placenta y una transfusión de sangre. Aprovecho esta oportunidad para resumir mi propia actitud durante la tercera fase del parto con el fin de enfatizar las diferencias entre mi experiencia y la manipulación “expectante” o denominada “fisiológica” empleado en los estudios aleatorios.4

En primer lugar, es importante crear las condiciones para el “reflejo de expulsión fetal” (reflejo de la eyección del feto), que son unas series cortas de contracciones involuntarios sin apenas posibilidad de movimientos voluntarios.5 Esto significa que se ha logrado respetar la necesidad de privacidad y de seguridad. La posibilidad de que el reflejo de expulsión fetal ocurra cuando no haya alguien presente aparte de una matrona experimentada, maternal, silenciosa y discreta sentada en un rincón tejiendo, por ejemplo (tejiendo o realizando una tarea repetitiva que la ayude a mantener su propio nivel de adrenalina lo más bajo posible).6

Cuando las condiciones son fisiológicas, la mayoría de mujeres tienden a estar erguidas en el mismo momento del nacimiento (probablemente eso es el efecto de un pico transitorio de adrenalina).7 Podrán estar de rodillas o de pie o apoyándose en algo. Se tardan solamente unos segundos para oir y ver que el bebé está en buena forma, después de un parto no-medicalizado. Entonces, en la mayoría de los casos, mi primera preocupación es calentar la habitación.

En el hospital francés donde trabajaba, bastaba con tirar de un hilo para encender las lámparas de calefacción. En el caso de un parto domiciliario planificado, en lugar de una lista escrita, me concentro en la necesidad de un calentador portable que pueda enchufarse en cualquier lugar y en cualquier momento (incluyendo los detalles prácticos tales como la necesidad de una extensión). Una vez esté encendido el calentador, es posible calentar mantas o toallas en unos segundos y, si es necesario, cubrir los cuerpos de la madre y el bebé. Durante la hora que sigue al nacimiento rara vez se quejan las mujeres de que haga demasiado calor. Si la madre está temblando, no es fisiológico: significa que el lugar no está lo suficientemente cálido.

A partir de ese momento, mi principal preocupación es que a la madre no se le distraiga ni se sienta observada. Quiero asegurarme de que se sienta libre de sostener su bebé, de mirarle los ojos y de olerle. Es más fácil evitar interrupciones si se mantiene la luz tenue y el teléfono descolgado. A menudo indico al padre del bebé (o cualquier otra persona que esté presente) que entren a otra habitación para explicar que esta primera interacción entre la madre y el bebé no ocurrirá de nuevo y no debería interrumpirse. Muchos hombres tienden a romper el ambiente sagrado que -en el mejor de los casos- sigue un parto ininterrumpido.

Durante la hora que sigue al nacimiento, permanezco lo más callado posible y discreto. Bien me siento en un rincón detrás de la madre y el bebé bien desaparezco si hay una doula experimentada presente que ha tenido una experiencia personal de esta situación.

Muchas madres ya no están cómodas en una posición erguida minutos después del nacimiento. Lo más probable es que sea el momento en que el nivel de adrenalina está disminuyendo y la madre siente las contracciones asociadas con la separación de la placenta. Entonces el asistente al parto quizás tendrá que sostener el bebé durante unos segundos para que la mamá encuentre una posición cómoda, casi siempre tumbándose de lado. A partir de allí ya no hay excusa para interferir en la interacción entre la mamá y el bebé.

Durante una hora no me acerco al cordón y placenta. El pinzamiento y corte del cordón antes de la expulsión de la placenta es una distracción peligrosa. Sugerirle a la madre otra postura es otra distracción innecesaria. Su posición es consecuencia de su nivel de adrenalina. Cuando el nivel de adrenalina esté bajo y la madre sienta la necesidad de tumbarse, sería cruel y no-fisiológico sugerir una postura erguida.

Solamente en el caso de que haya pasado una hora después del parto -si la placenta aún no ha sido expulsada- me atrevo a molestar a la madre con el fin de comprobar que la placenta esté al menos separada del útero.
Con la madre tumbada de espaldas aprieto la pared abdominal justo encima del hueso púbico con las yemas de mis dedos: si el cordón no se mueve, significa que la placenta está separada. En la práctica, la placenta siempre se expulsa o se separa una hora después del parto y el sangrado es mínimo, si la tercera fase no ha sido “manipulada”. Nunca he tenido que inyectar una droga uterotónica para controlar el sangrado.

Semejante actitud, basada primero en observación clínica, debe estar asociada con consideraciones fisiológicas. Una expulsión fácil de la placenta con una pérdida moderada de sangre implica que, inmediatamente después del nacimiento del bebé, ha sido liberada una oleada de oxitocina. Es de conocimiento común que la liberación de oxitocina depende en gran medida de los factores ambientales. Puede inhibirse con la adrenalina.

Esto es más que conocimiento empírico. Un equipo de Sapporo (Japón) ha estudiado extensamente los niveles de adrenalina durante las diferentes fases del parto mediante un método no-invasivo8 (grabando con un parche y analizando los patrones de microvibración cutánea de la palma de la mano) y confirmó los descubrimientos de un estudio previo en el que se midieron los niveles de adrenalina mediante cateterización urinaria9. El equipo japonés demostró claramente que las hemorragias de postpartum están asociadas con altos niveles de adrenalina.

La liberación de oxitocina también puede inhibirse con la actividad del neocortex. Después de un nacimiento en condiciones fisiológicas, la madre aún está en un estado especial de conciencia, como si estuviera `en otro planeta´. Su neocortex está más o menos descansando. El consejo es: ‘¡No despiertas a la madre!’10. Otra oportunidad para referirse a la privacidad y silencio.

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