Semana Mundial de la Lactancia Materna


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Viernes, 29 de julio de 2011
[in corpore]

Sacaleche para tod@s

Por Julieta Saulo *

La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra del 1º al 7 de agosto en más de 120 países y, por supuesto, también en la Argentina. En este marco, la red de mujeres Las Casildas está llevando adelante una campaña con el objetivo de generar el primer Banco de Sacaleches gratuito del país.

El sacaleche es un dispositivo fundamental en determinados momentos de la lactancia materna. Se lo utiliza bastante cuando una madre, que decide amamantar a su bebé, debe volver a su trabajo a los 45 días de vida de su hijo o hija (según la licencia otorgada por las leyes argentinas).

Todos/as sabemos lo corto que resulta el período de las licencias ma(pa)rentales en la actualidad, razón por la cual hay varios proyectos para cambiar la legislación vigente. Sin embargo, aun con estas dificultades, es posible no cortar la lactancia. Valeria Wasinger, puericultora y asesora de la campaña, cuenta que “en el imaginario está instalado que el trabajo y la lactancia son incompatibles, pero esto no es así. Es importante que la mamá sepa que puede continuar con la lactancia si desea hacerlo. Para eso, lo mejor es organizar todo con anticipación y contar con el apoyo y sostén necesarios por parte del resto de la familia para poder afrontar esta nueva etapa de la mejor manera posible”.

“Lo ideal es que la mamá comience a extraerse leche para conservar con suficiente anticipación como para poder ir almacenando, y también para familiarizarse con las técnicas de extracción, manual o con sacaleche, ya que al principio puede resultarle una tarea poco sencilla, pero que con la práctica va resultando más fácil. Tanto la extracción manual como con sacaleche resultan efectivas. La idea es que la mamá pueda contar con información de cómo realizar ambas técnicas y optar por aquella con la que se sienta más cómoda”, propone Wasinger.

En el mercado hay infinidad de modelos y marcas de sacaleche. Los precios oscilan, aproximadamente, entre los 350 y los 1700 pesos, dependiendo la marca y el mecanismo, que puede ser manual o eléctrico. Lamentablemente, no todas las mujeres pueden acceder a un producto de este costo.

Por este motivo —y apelando al hecho de que muchas tienen un sacaleche en su casa que ya no utilizan— surgió esta campaña bajo el lema “Tu sacaleche hizo mucho por tus hijos. Ahora va a hacer mucho por los hijos de los demás”. La idea consiste, básicamente, en que las mujeres que tengan un sacaleche en desuso lo donen al Banco para que pueda ser utilizado por cualquier mujer que lo necesite de manera totalmente gratuita.

Además es una buena oportunidad para que las empresas, desde sus respectivas políticas de responsabilidad social empresaria, colaboren con el abastecimiento del Banco de Sacaleches. En todos los casos, las mujeres que acudan en busca de un sacaleche contarán con el asesoramiento de la puericultora Valeria Wasinger.

La iniciativa necesita del aporte de todos/as. Por eso, si tenés un sacaleche en tu casa y querés donarlo o necesitás un sacaleche del Banco, comunicate con la red Las Casildas, escribiendo a lascasildas@hotmail.com

Sumate. Con un sacaleche podés ayudar a muchas mamás y a muchos chicos.

* Publicista, doula (acompañante de parto y posparto) y coordinadora de Las Casildas. Más información: www.las-casildas.blogspot.com / lascasildas@hotmail.com

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Semana Mundial de la Lactancia Materna

Posturas y posiciones para amamantar

Postura:

Es la forma en que se coloca la madre para amamantar.

Las hay diversas, todas sirven y la elección de una u otra dependerá del lugar, las circunstancias o las preferencias de cada madre.

Posición:

Es la forma en que es colocado el bebé para que mame.

También las hay diversas y todas pueden servir, aunque en función de las circunstancias unas pueden ser más eficaces que otras. Lo importante es que nunca ha de doler.

Sobre posturas y posiciones

Lo normal es pasar muchas horas totales al dia amamantando, si no buscamos estar cómodas sufriremos dolor de espalda y las tomas se nos harán interminables. Es buena idea tener preparado un lugar cómodo para amamantar durante el día que puede ser por ejemplo un sillón. Es buena idea disponer también de cojines para poder apoyar los brazos mientras sujetas al bebé o apoyar al bebé si ocasionalmente necesitas una mano libre, y como no: un reposapiés.

Antes se recomendaba a la madre tener la espalda recta y bien apoyada, con los hombros hacia atrás, pero recientemente se ha descubierto que los bebés maman mejor cuando la madre está reclinada hacia atrás. Lo importante es no amamantar nunca encorvada sobre el bebé. En el caso de posturas estiradas también habrá que disponer a apoyo para la cabeza.

Puesto que las tomas de las primeras semanas suelen ser prolongadas, siempre es recomendable, antes de empezar, el prever de tener a mano todo aquello que se pueda necesitar (pañuelos, teléfono, mando a distancia, libro, vaso de agua, etc....).

Posición del bebé al pecho

Aparte de que, para amamantar, la madre disponga de varias posturas entre las que escoger, también existen distintas posiciones para colocar al bebé y múltiples combinaciones de ambas.

En cualquier caso y sea cual sea la postura o posición escogida, es importante verificar que el bebé esta succionando correctamente, con la boca bien abierta, los labios evertidos, la lengua debajo del pezón y con nariz y barbilla tocando el pecho.

¿Y no se ahogará?

Los bebés nacen con un fuerte instinto de supervivencia, y se apartarán con decisión de cualquier cosa que les obstruya las vías aéreas. De hecho, cuando un bebé está resfriado y la mucosidad retenida en la nariz le impide respirar por ésta, se aparta del pecho echando la cabeza hacia atrás por no poder mamar y respirar por la boca al mismo tiempo. No es necesario pinzar el pecho con los dedos ni apartar la nariz del bebé. La característica "naricilla chata" de los bebés les permite respirar por los orificios nasales aunque tengan el rostro literalmente pegado al pecho materno.

El agarre espontáneo

Igual que todas las demás crías mamíferas nuestro bebé es capaz de alcanzar el pecho y mamar por si mismo correctamente si se lo permitimos.

Todo fluye mejor cuando no se siguen técnicas y dejamos que todo surja de modo espontáneo. Para ello, debes estar semi-acostada o sentada con la espalda reclinada hacia atrás, y colocar el bebé boca abajo sobre ti, con la cabeza situada entre tus pechos descubiertos, de modo que no quede ni un trozo del cuerpo de tu bebé que no esté en contacto con el tuyo. No es necesario sujetarlo, solo vigilarlo, porque la propia gravedad lo mantiene firme.

Permite que tu bebé cabecee, busque y escoja un pecho y golpee repetidamente con la barbilla hasta prenderse solo. Puede tardar entre 10 y 60 minutos si acaba de nacer, menos de 10 minutos si ya lleva tiempo mamando. En ocasiones, el tamaño y forma del pecho pueden dificultar el proceso. Si este es tu caso puedes ofrecerle el pecho sujetándolo entre los dedos pulgar e índice, como si se tratara de un sándwich.

La postura ventral, en contacto directo cuerpo a cuerpo, es la que adoptan instintivamente todas las crías de primates para mamar. Se ha comprobado que los bebés humanos pueden mamar con eficacia y sin dañar a su madre en esta posición aunque tengan alguna limitación mecánica de la succión.

Otras posiciones de la madre para amamantar:

  • Sentada
  • Estirada
  • De pie
  • A cuatro patas

Posición del bebé al pecho

Aunque lo más habitual es amamantar sentada o estirada con el bebé frente a la madre, son muchas las posiciones a las que se puede llegar a recurrir:

  • Postura sentada - Posición estirado: El bebé estirado frente a la madre en contacto con su cuerpo, mamando de un pecho y con sus pies hacia el otro pecho. Es la más habitual.

    Una variante de la posición anterior es colocar al bebé de forma inversa, también estirado y girado hacia la madre, pero con los pies hacia el otro lado. Esta variante no es tan frecuente pero puede ser útil si el bebé rechaza, por la razón que sea mamar de un pecho. Si se le coloca en el pecho que rechaza del mismo modo en que mama del otro, es posible que lo acepte.

    • Postura sentada - Posición "de rugby": El cuerpo del bebé pasa por debajo del brazo de la madre y sus pies apuntando a la espalda.

    Esta posición es muy útil para drenar los conductos que se encuentran en la cara externa de los pechos y así prevenir, o si es el caso curar, posibles obstrucciones o mastitis que, aunque puede darse en cualquier zona del pecho, suelen ser más frecuentes en ésa.

    Tanto las posión estirada como la "de rugby" funcionan perfectamente bien si la madre, en vez de estar sentada, está colocada en postura semi-reclinada.

    • Postura sentada - Posición caballito: En esta posición el bebé está sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre.

    Aunque poco frecuente, esta posición puede ser muy útil con bebés con dificultades para fijar el pecho, bien por retrognatica (maxilar inferior corto o retraído) u otras causas.

    En esta posición conviene que, al introducir el pecho en la boca del bebé, el pezón apunte "hacia arriba" en dirección a su paladar, de forma que una buena porción de pecho descanse sobre el labio inferior facilitando el agarre.

    • Postura estirada - Posición estirado (en paralelo): En este caso tanto la postura como la posición son frecuentes ya que de este modo se facilita el descanso de la madre. Es especialmente útil si la madre todavía siente molestias tras el parto, sobretodo si ha sido sometida a una episiotomía o cesárea.

    También es muy útil para amamantar por las noches o si simplemente se quiere descansar un rato.

    • Postura estirada - Posición estirado (en paralelo inverso): En este caso la posición del bebé es menos frecuente que la anterior pero hay madres que se sienten cómodas con ella y también puede ser útil, igual que la postura "a cuatro patas", en caso de obstrucciones o mastitis localizadas en la parte superior del pecho.

    • Postura "a cuatro patas" - Posición "boca arriba": Esta postura es poco frecuente en el amamantamiento diario.

    Pero se trata de un recurso a utilizar en el supuesto de que la madre tenga una obstrucción o mastitis localizada en la parte superior del pecho, ya que de ese modo se facilita el drenaje de esos conductos.

    Todas estas posiciones son propias de bebes con una autonomía de movimientos todavía muy limitada. Los bebés más mayorcitos pueden mamar cómodamente en las posiciones más inverosímiles.

    Lo importante es saber que no existe una única postura o posición correcta apta para todos los binomios madre / hijo, si no que cada binomio tendrá que buscar las posturas y posiciones que mejor se adapten a sus mutuas preferencias y también a las características físicas de ambos.

    Nociones básicas para posicionar correctamente un bebé

    1. La madre se sitúa en la postura elegida apoyando bien espalda y pies.
    2. Se acerca el niño al pecho allí donde quede éste sin desplazarlo.
    3. Se coloca al bebe perpendicular a la orientación del pezón.
    4. Se enfoca nariz – pezón.
    5. Antes de abrir la boca, sin necesidad de ladear, doblar o girar el cuello, el pezón ha de estar frente a la nariz del bebé.
    6. Cuando abre la boca, acercar al bebé con rapidez y decisión al pecho.
    7. Madre e hijos han de quedar cuerpo contra cuerpo (frente a frente)
    8. El pezón ha de quedar apuntando al paladar del bebé.
    9. Nunca el pecho ha de ir hacia el bebé, es el niño el que va hacia el pecho.
    10. La cabeza del bebe no ha de quedar en el hueco del codo, sino en el antebrazo.
    11. La madre no sujeta al bebé por las nalgas con esa mano, sino que ésta queda a mitad de la espalda, aunque puede sujetarlo con la otra.
    12. Es recomendable evitar el uso de ropa o mantas que aumenten la distancia del bebe al pecho.

    Signos de buena posición

    • La cabeza y el cuerpo del bebé están en línea recta.
    • La cara del bebé mira hacia el pecho.
    • La madre mantiene el cuerpo del bebé cerca de ella.
    • Si el bebé es un recién nacido, la madre lo envuelve en un abrazo. No lo sujeta solamente de la cabeza y los hombros.

    Signos de buen agarre

    • El mentón y la nariz del bebé están cerca del pecho de la madre.
    • Los labios del bebé están evertidos, sobretodo el inferior bien doblado hacia abajo.
    • La boca del bebé está bien abierta.
    • Se observa más areola por encima de la boca del bebé que por debajo (agarre asimétrico).

    Signos de buena succión

    Al inicio la succión es rápida y superficial. Después de alrededor de un minuto cambia a succiones lentas y profundas, con pausas intermedias. El ritmo normal de la succión de un recién nacido es de ciclos encadenados de 10 a 30 succiones en los que el bebé respira con normalidad sin necesidad de interrumpir la succión. Si tu bebé realiza de 3 a 5 succiones consecutivas, seguidas de una pausa de la misma duración del episodio de succión para poder respirar, probablemente tenga una succión inmadura y ello pueda causar dificultades para que se alimente bien.

    Lo normal es que si hay silencio ambiental puedas escuchar como traga durante unos minutos en cada toma mientras observas un movimiento mandibular amplio que denota que está tragando.

    Además podrás ver que:

    • La lengua del bebé está debajo de la areola.
    • Se observa un movimiento en el punto de articulación de la mandíbula.
    • La mejillas no se hunden, sino que se ven redondas y llenas.

    A tener en cuenta

    La posición del niño al pecho es uno de los aspectos que más influyen en el éxito de la lactancia.

    La lactancia es un proceso activo por parte de sus dos protagonistas, madre e hijo. Por un lado la leche no espera pacientemente en el pecho a que alguien la saque, sino que es empujada por la acción de una hormona, la oxitocina. El bebé tampoco es pasivo, no espera con la boca abierta a que le caiga la leche que gotea sola, sino que tiene que hacer unos movimientos de succión determinados para obtener toda la leche que necesita. Para que todo este proceso sea óptimo, la posición y la succión del bebé ha de ser correcta y la lengua tiene que tener total movilidad ya que pueden surgir problemas si el frenillo lingual es corto.

    Ir alternando diversas posiciones facilita el correcto drenaje de todos los conductos del pecho y previene la aparición de obstrucciones y mastitis.

    La lactancia no es un proceso totalmente instintivo en el ser humano sino que precisa de un aprendizaje social. Ver a otras madres amamantar correctamente a sus hijos facilita que el propio bebé mame en posición adecuada.

    Se ha observado que, cuando en el mismo momento de nacer (antes de lavarlo, pesarlo, practicar profilaxis oftálmica o cualquier otra maniobra; a veces incluso antes de cortar el cordón) un recién nacido es colocado desnudo sobre el cuerpo desnudo de su madre, y se le deja con ella durante dos horas sin interrupciones, casi todos los bebés se arrastran por si mismos hacia el pecho, localizan el pezón y maman de forma espontánea en posición correcta, en un momento variable entre unos 20 minutos y algo más de una hora después del parto.

    Sin embargo, también se ha observado que muchos recién nacidos no consiguen mamar correctamente si están bajo los efectos de la petidina administrada a la madre durante el parto, o si son separados de la madre durante 20 minutos (entre el minuto 20 y 40 postparto), aunque luego les vuelvan a dejar en contacto con la madre. Cuando coinciden ambos factores (petidina y breve separación) casi ningún recién nacido logra mamar en posición correcta.

    Los factores que favorecen la posición correcta del bebé al pecho son:

    • Una buena información de la madre.
    • El inicio temprano de la lactancia.
    • Evitar el uso de chupetes y biberones para prevenir el Síndrome de Confusión de Pezón.
    • Apoyo profesional durante la estancia hospitalaria.

    Los signos y síntomas de un Síndrome de Posición Inadecuadapueden ser:

    • Mejillas hundidas, succión rápida y ruidosa, movimientos periorales.
    • Dolor y grietas en los pezones.
    • No soltar el pecho por si mismo.
    • Ingurgitación, a veces mastitis.
    • Reflejo de eyección intenso y repetido.
    • Atragantamiento, a veces rechazo del pecho.
    • Vómitos y regurgitaciones.
    • Escaso aumento de peso.
    • Tomas frecuentes y prolongadas (las tomas de más de una hora que casi se empalman unas con otras, pueden ser normales en algunos niños de pocas semanas, pero también pueden ser indicio de mala posición, por lo que ante la duda es conveniente verificar la posición y la succión del bebé).

    Los signos de un Síndrome de Confusión de Pezón debido a la interferencia de chupetes y biberones pueden ser:

    • El bebé se “pelea” con el pecho en algunas tomas, parece nervioso, confundido y acaba agarrándose correctamente después de un rato que parece que no lo consigue. Es posible que al principio lo haga solo en alguna toma, pero si la interferencia con tetina sigue lo normal es que acabe haciéndolo en todas las tomas y que incluso en algunas no logre cogerse al pecho, hasta que deje de mamar por completo.
    • Cuando se agarra la boca del bebé esta muy cerrada, solo es capaz de abarcar el pezón y no la areola.
    • Y la posición y movimientos de la lengua difieren, el bebé tiende a mover la lengua delante del pezón en vez de colocarla debajo.

    Algunos factores físicos, tanto por parte del bebé (frenillo lingual corto, retrognatia, ....) como de la madre (tamaño y orientación del pecho o el pezón, ...) pueden dificultar un correcto agarre del bebé al pecho. En algunos casos habrá que intervenir externamente (cortar el frenillo corto), en otros es posible que el problema solo se de en según que posiciones. Si éste es el caso será cuestión de identificar que posición es la más adecuada a ese binomio madre / hijo.

    Los pezones planos o invertidos no tienen por que ser un obstáculo para una correcta posición, ya que el bebé mama de la areola, no del pezón.

    El uso de pezoneras puede se útil en algunos casos difíciles en los que el bebé es incapaz de agarrar el pecho de cualquier otro modo, pero también puede ser causa de otros problemas, como bajada de producción de leche, por lo que su uso ha de ser muy prudente.

    Hacer “la pinza” o sea sujetar el pecho entre los dedos índice y corazón, puede ser factor de riesgo para una mala posición y succión, ya que impide al bebé abarcar bien el pecho con la boca. También puede aumentar el riesgo de obstrucciones. Si hubiera que sujetar el pecho con una mano, mejor hacerlo con el pulgar y el índice colocados “en forma de C” arriba y debajo de la areola y sin comprimir el pecho.

    Reconducir una posición o succión inadecuada hasta conseguir una lactancia exitosa y satisfactoria es posible, con información, paciencia y apoyo adecuados.


    Bibliografía:

    La lactancia materna. Lawrence, R.A. Mosby / Doyma Libros, S.A. Madrid 1996

    Lactancia materna. Manual para profesionales. Royal College of Midwives. ACPAM. Barcelona 1994

    La lactancia materna. Aguayo, J. Universidad de Sevilla. Sevilla, 2001

    Manual práctica de lactancia materna. ACPAM. Barcelona, 2004

    Instinto Materno

    Dice que al instinto materno, a veces, le cuesta aparecer.
    Culpa a las condiciones en que se tienen los hijos. Y que si una madre respondiera sólo al instinto, nunca dejaría llorar al bebé.

    PorDaniel dos Santos

    Resultaría tal vez demasiado pesimista decir que el hombre, desde que nace, cae en desgracia. Y no por aquello del pecado original, que supuestamente nos condena para la vida por venir sólo por haber nacido, si resulta, claro, que viene. Sino por la vida en este valle de lágrimas -léase, aquí-, que precisamente nos recibe llorando como bebés. No abundaré demasiado en penurias. Sólo que “nacer es, después de haberlo tenido todo, carecer súbitamente de todo...”, como ya dijo al francés Maurice Blanchot. Pero bueno. Ahí está la madre para hacerse cargo del paraíso perdido que significó su vientre para el recién nacido. Pobre mamá, en el sentido más profundo del lamento. Porque quizás su bebé también le recuerde el paraíso que ella perdió en similares circunstancias. Suficiente. En París, que como ya sabrán cosecha aquel infundio cierto -para dejar en el aire si es mentira o verdad- sobre que los bebés atesoran más rechazos que las mascotas, Laura Gutman se puso a pensar en esta relación excluyente madre-hijo, motivada por esa frialdad no climática. Y no paró. “De familia judía normal”, como ella misma dice, autora entre otros siete libros de La maternidad y el encuentro con la propia sombra y Crianza, violencias invisibles y adicciones, e instalada ahora en una cortada de Barrio Norte que le hará acordar a Montmartre, responderá con voz rápida a interrogantes básicos. Bah, los que le planteé.
    ¿En qué consiste el instinto materno?
    Es la reacción innata de querer proteger y cuidar a la cría.
    ¿Así de fácil?
    No tanto. Hay confusiones. Por ejemplo, no tiene nada que ver con el deseo de tener hijos. Y si una no está en contacto con la cría, el instinto no aparece. Aun así hay mujeres que dicen no tenerlo, porque no les nace estar con el bebé, no quieren verlo. Pero la mayoría de las mujeres parimos en cautiverio, atadas, pinchadas, apuradas, anestesiadas, entre muchas personas que no conocemos. En esas condiciones nos pasa lo mismo que a las hembras del zoológico, a las que les cuesta mucho parir y después encima desconocen a la cría.
    ¿Diría que nuestra sociedad está contra el instinto materno?
    En nuestra cultura patriarcal y ciudadana la mayoría de las experiencias actúan en detrimento del instinto. Es como si el instinto materno intentara aflorar pero nuestras propias razones, juicios y prejuicios entraran en contradicción. Ahí se produce una lucha y, por lo general, el instinto materno pierde.
    ¿Un ejemplo?
    Si la madre respondiera instintivamente nunca dejaría llorar a su bebé.
    ¿Qué siente el bebé cuando llora?
    Que el mundo resulta demasiado diferente a los 9 meses que vivió en el útero, en ese paraíso perfecto donde el alimento, la contención, el ritmo, el calor, el movimiento eran permanentes. Y ahora resulta que aparece la espera. Y la espera duele.
    ¿Responder inmediatamente a todo no daría un bebé con escaso nivel de adaptación?
    Los bebés humanos dependemos totalmente de los cuidados maternos. No hay nada que podamos hacer por nosotros mismos. La mínima espera es dolorosa, el hambre es doloroso, respirar es doloroso, la certeza de que está en peligro si no está cobijado por el cuerpo materno ya es doloroso. Ser bebé y ser niño ya es suficiente frustración como para agregarle otras.
    ¿Cómo marca al bebé y a la mamá el puerperio, esos primeros 40 días de vida?
    Circunscribo a los dos años el fenómeno de fusión emocional, el tiempo en el cual el niño se considera parte de su madre; que es en la medida que es ‘niñomamá’. De la misma forma que una mamá conectada con lo que le pasa empieza a percibir el mundo también como si fuera bebé. La presencia del bebé nos devora hacia un lugar raro: nada de lo conocido en la vida adulta, pero parecido a las sensaciones que hemos vivido de niñas. Como si el bebé trajera a la superficie historias contundentes de la realidad de la madre, noticias de la sombra.
    ¿Y cómo reacciona la mamá?
    Es tan enloquecedor que la mayoría de las madres anhelamos volver a ser como éramos antes de que naciera. A muchas les encantaría que el niño hubiera nacido de un repollo, pero salió de acá adentro, del vientre, y de nuestro territorio emocional.
    ¿Y cómo sigue el proceso?
    Nos aferramos a cualquier invitación para regresar al mundo más público, al trabajo, a la actividad que sea. Y tenemos muchos más avales para ‘vení, dejá el bebé; estás muy pegada; ponete linda’, que para quedarnos con él.
    ¿Cuál es la verdadera encrucijada para la mujer?
    La mayor encrucijada es saber cuáles son sus capacidades, sus limitaciones, decidir con plena conciencia cuánto puede y quiere quedarse con su hijo. Y cuánto puede y quiere circular por el mundo laboral. El problema para una mujer no es ir a trabajar; el problema es volver a casa. Y encontrarse con un niño que demanda y demanda a una mujer que tal vez provenga de una historia de desamparo y esté hambrienta por cubrir sus propias necesidades. Es devastador.
    ¿No trabajar es volver al rol de ama de casa al que estaba destinada la mujer hasta no hace mucho?
    No digo volver a ponerse los ruleros y encerrarse. Yo trabajo desde los 15 y trabajar es una necesidad para la mujer. Digo que no es excusa. La mujer no puede quedarse con el niño porque no está en contacto con su realidad emocional y busca un refugio como el trabajo, donde no le piden tanto, para no ingresar en un lugar de intensidad emocional.
    ¿Por qué no puede ingresar?
    Porque el hijo exige conexión, y eso trae dolor. ¿Por qué duele? Porque en épocas en que la mujer necesitaba su propia intensidad emocional, tal vez haya vivido con vacío, terror, o simplemente con preguntas que todavía le faltan responderse.


    DOULAS: Mujeres que acompañan mujeres

    Experiencia en el Hospital Austral / Sin anestesia y sin episiotomías

    Con doulas, otra forma de dar a luz

    El Programa de Parto Mínimamente Intervenido incorpora la figura de una mujer que ha sido madre y que asiste a la embarazada

    Domingo 24 de julio de 2011 | Publicado en edición impresa

    Gabriela Navarra
    Para LA NACION

    Después de que Lázaro nació, enlazado por el abrazo de Marcos y Ayelén, sus papás, Ayelén pidió un aplauso para ella. Por haberlo parido. "Me lo merecía", dice, y acaricia a su bebe, que tiene 9 meses y vino al mundo con 4,300 kg y en la 42a semana de gestación. Lo que para la medicina sería un indicador de intervención -luego de la semana 41a., en teoría, el parto debe inducirse-, en este caso no alteró nada. Ni eso ni el peso del bebe -que nació grande porque ser grande está en sus genes- justificaron peridural (anestesia), inducción (oxitocina) ni episiotomía (corte vaginal). Y mucho menos, una cesárea.

    Lázaro es uno de los 60 bebes nacidos en el contexto del Programa de Parto Mínimamente Intervenido del Servicio de Obstetricia del hospital Austral. Allí están las parteras y el obstetra, pero también las doulas , un oficio relativamente nuevo en nuestro país orientado a la atención del embarazo, el parto y el puerperio.

    "Veía la soledad emocional en la que muchas mujeres llegan a parir, tengan o no compañía - expresa Claudia Zamora, licenciada en enfermería especializada en humanización del nacimiento ydoula -. Ese es el lugar que toma la doula , una mujer que ya ha tenido hijos (tengo 4). A veces, el acompañamiento es sólo estar en silencio, con la mirada, la mano, haciendo empatía. No es ni yoga para embarazadas ni eutonía. Sólo tomar conciencia corporal, «meterse» en el cuerpo, hacer contacto con el bebe, con los movimientos, saber qué parte trabaja en el parto, qué posturas o recursos pueden ser efectivos para pasar las contracciones, los dolores. Todos los trabajos se hacen en pareja. Muchos hombres se sorprenden de lo que pueden hacer. Es infinitamente más que estar en la sala de partos."

    "Yo era de las que decía parto no, cesárea -dice Ayelén, rehabilitadora visual, de 33 años, la misma edad que su marido, Marcos, bioingeniero-. Recién cuando quedé embarazada empecé a buscar. Cuando hablaba con mis amigas de parto respetado me decían que estaba loca, que por qué no aceptar la anestesia, si se había inventado y funcionaba?"

    "Marcos fue un doulo increíble -resume Claudia Zamora-. Cuando empezaron las contracciones más duras y más seguidas, Ayelén se colgaba de su cuello para aliviarse y pujar en el momento que había que pujar. Estuvieron así varias horas."

    Los fantasmas más temidos

    -¿A qué le tienen más miedo las mujeres?

    -Al dolor -contesta Claudia Zamora-. Y a si van a "poder".

    Analía, 37 años, profesora de inglés, escucha junto a su marido, Gastón, de 39. Faltan pocos días para la llegada de Francisco, primer hijo de la pareja y segundo para Gastón. (N. de la R.: Francisco nació el jueves último). "No tengo miedo -dice Analía-. Sé que habrá dolor, pero es algo que siento muy finito. Hay cosas que me pasan por la cabeza, pero tampoco es miedo. Estoy muy segura de lo que elegí, aun antes de estar embarazada o de saber que existía la posibilidad de un parto no invasivo."

    Gastón recuerda que estuvo en el nacimiento de su primer hijo, que tiene ya casi 20 años. "Nunca voy a olvidarme cuando salió y lo agarraron -dice-. Para la gente que lo hace todos los días es una maniobra sabida, pero es tu hijo y querés saber lo que le están haciendo. Esta es una experiencia muy distinta."

    "Algunos creen que es parir sin dolor -cuenta Mariana, de 33, historiadora y mamá de Malena, de 9 meses-. La vida está llena de momentos de dolor. Y vivir anestesiada no te lleva a nada. El tema es cómo atravesar ese tránsito."

    Andrés, marido de Mariana, de 38 años, cuenta que el trabajo de parto de Malena llevó 18 horas. El llenó y vació varias veces la bañera, ayudó a su mujer sobre la pelota de esferodinamia para ir encontrando posturas de alivio y se la pasó planchando. "Trapitos calientes para la panza cuando más dolía la contracción -dice-. Y no tenía que descuidar la hidratación o darle de comer porque estaría horas sin hacerlo."

    La licenciada en obstetricia Paula Rodríguez Blanco, una de las parteras, dice que el bebe nace en la habitación. "La parturienta elige la posición. Sacamos la cama. Hay pelotas de esferodinamia, sogas para colgarse, una bañera. Las mujeres se paran, caminan. Ponemos un colchón en el piso, es frecuente que tengan al bebe en 4 patas o arrodilladas o bien en el banquito de parto, un semicírculo donde se apoyan la cola y las piernas."

    -Nació el bebe y el único sentimiento posible es de felicidad. Pero eso no siempre pasa. ¿Cómo ayuda la doula en el puerperio?

    -Yo la pasé mal. Malena estuvo bajando de peso durante dos semanas y tuve un pediatra que me decía que eso era terrible. Cada vez que la íbamos a pesar yo salía llorando. Claudia estuvo ahí en los momentos en que más la necesitaba. Quizás para decirme lo mismo que dicen los libros. Pero estaba. Malena después tomó perfectamente bien la teta.

    "El puerperio es difícil -admite la doula Graciela Cobe, de 41 años-. En ningún momento de la historia de la humanidad las mujeres criaron tan solas a sus hijos. Vivimos aisladas, dentro de un departamento, sin ayuda? es una sensación agobiante y una situación antinatural. Siempre hubo mujeres más grandes que ayudaban a las más jóvenes para que pudieran cuidar a sus hijos."

    Cobe dice que "los gobiernos deberían entender lo importante que es cuidar a las mamás para que ellas cuiden a sus bebés el primer año de vida, que es fundante. Si eso ocurriera, cambiaría el mundo".

    http://www.lanacion.com.ar/1391951-con-doulas-otra-forma-de-dar-a-luz

    actividades Semana de la LACTANCIA MATERNA

    Con motivo de celebrar la Semana de la Lactancia Materna , bajo el lema
    “¡Comunicate! Lactancia Materna: Una experiencia 3 D”


    Panzacrianza y la Cruz Roja Argentina filial Lujan te invitan a participar de una Jornada Intensiva: Primeros Auxilios y RCP en pequeños y adultos el 4 y 5 de Agosto de 2011
    Como en años anteriores celebramos esta semana y brindamos a la comunidad un curso de esta magnitud ya que es oportuno difundir el cuidado y la educación y mejorar la capacidad de respuesta de la comunidad ante un evento inesperado y repentino. Como así también concientizar que a través de la lactancia materna se facilita la comunicación y el contacto mama-bebe. Traspasemos las fronteras activando el dialogo y transformando las palabras en acción.
    Actividad Arancelada: El arancel incluye la entrega de certificados oficiales de Cruz Roja Argentina a cada uno de los participantes que hayan asistido al 100% de la carga horaria de la capacitación.

    Aprenda Primeros Auxilios y RCP hoy y salve una vida mañana.....
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    El número de cesáreas que se practican en los hospitales ha empezado a caer, una buena noticia si se tienen en cuenta las indicaciones de la OMS, que desde hace más de 20 años recuerda que no es justificable que estas intervenciones superen un 15% sobre el total de los partos. En 2007, las cesáreas suponían alrededor del 25%, mientras que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes a 2009, muestran un descenso de ocho puntos. Esa caída ya se registró en 2008. Las organizaciones que defienden la necesidad de concluir los partos, en la medida de lo posible, de forma normal, se congratulan con estas cifras.

    Basta de cesáreas rutinarias

    El porcentaje de partos por esta técnica cae ocho puntos y se acerca a las recomendaciones de la OMS - El deseo de la madre se tiene más en cuenta y los profesionales empiezan a cambiar


      Los ginecólogos piden "incrementar la calidez y calidad de la atención"

      Los médicos temían las demandas cuando algo iba mal en el parto

      El logro es claro: una cesárea no deja de ser una intervención quirúrgica que, además de prolongar tres o cuatro días más la hospitalización de la madre, multiplica el riesgo de infecciones y cuadriplica el de hemorragias. Sin olvidar tampoco el fondo económico, ya que un parto sin complicaciones cuesta unos 1.400 euros mientras que una cesárea normal cuesta más de 2.700, según datos del Ministerio de Sanidad.

      En 2007, Sanidad acordó con las comunidades la puesta en marcha de lo que llamaron Estrategia de Atención al Parto Normal (EAPN) para "humanizar" este proceso y situarlo en "su justa dimensión fisiológica". Años después, la estrategia parece haber surtido efecto. Los profesionales suelen achacar el inflado número de cesáreas a la comodidad de algunos de sus colegas o bien a la falta de personal en ciertos turnos, que llevaría a practicar una cesárea antes de tiempo por si horas después se hace inevitable y no hay facultativos para ello. Las intervenciones en la sanidad privada duplican en algunos casos las cifras de la pública.

      Las demandas judiciales tampoco han ayudado a deshinchar estos datos. Si algo iba mal en el parto y no se había practicado una cesárea, el médico solía perder la pugna en tribunales.

      Para ir cambiando estas costumbres se aprobó la estrategia de partos normales. La ginecóloga Pilar de la Cueva fue en los comienzos la coordinadora científica del proyecto: "Profesionales de distintos ámbitos veníamos trabajando en ello años antes; entonces te decían que eras una jipi, pero lo que pedíamos era, simplemente, que ahorraran a las embarazadas prácticas inútiles, como el rasurado, la episiotomía, que no separaran al bebé de la madre de forma inmediata, que dejaran entrar a la pareja, muchas de esas cosas se han conseguido ya. Una cosa es que se pida epidural, pero aunque no duela no hay por qué rajar sistemáticamente", cuenta.

      De la Cueva piensa que el empujón definitivo lo ha dado la sociedad, las madres, que han reclamado otros modos en los hospitales. Su frase favorita, que recoge el texto de la estrategia, es la que menciona la necesidad de "incrementar la calidez y la calidad de dicha atención". De la Cueva explica que se han impartido talleres para los profesionales, médicos, matronas, aunque cree que aún se debe hacer un mayor esfuerzo por llegar al ámbito judicial. "Ya tenemos protocolos precisos basados en la evidencia científica. Y sabemos que las cesáreas no siempre son necesarias y se conoce el sufrimiento del bebé y la más difícil recuperación tras el parto".

      Las cesáreas venían subiendo casi un punto cada año en España, pero esa tendencia se rompió en 2007. Ese año el INE inició la recogida de datos propios sobre cesáreas, bien a través de los facultativos en los hospitales o con encuestas a los padres que se les ofrecen al inscribir al bebé en el registro civil. Pero el Ministerio de Sanidad recaba también sus propias cifras, las últimas de 2008. Aunque en 2007 los datos del INE no son todavía rigurosos por completo, coinciden con los del ministerio: un 25% de cesáreas practicadas. A partir de entonces, y ya con los datos del INE, que el ministerio da por buenos, se produce la caída. "No sube, y eso ya es positivo, eso había que pararlo. Hay muchas prácticas inútiles, como los enemas, no dejar a las parturientas tomar líquidos, poner oxitocina de forma rutinaria. Ahora a la mujer se le pide más opinión, que participe", explica Longinos Aceituno Velasco, jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital Huércal-Overa (Almería).

      En Europa coexisten tres modelos, desde el más intervencionista e institucionalizado, donde puede inscribirse España, hasta el que se da en Holanda o países nórdicos, donde el parto se practica incluso fuera de los hospitales y es atendido por matronas. Hay otro, el que se practica en Alemania o Reino Unido, institucionalizado pero humanizado. La estrategia aprobada en 2007 por el ministerio plantea que solo se intervenga "para corregir las desviaciones de la normalidad y que los profesionales sanitarios favorezcan un clima de confianza, seguridad e intimidad, respetando la privacidad, dignidad y confidencialidad de las mujeres".

      Así pues, no se trata de sacar los partos de los hospitales, ni de rechazar la epidural, por ejemplo, pero sí de dejar margen de decisión a las parturientas.

      "Estamos satisfechos de cómo los profesionales han ido incorporando estas prácticas, y protocolos basados en las evidencias científicas", dice la jefa de servicio del Observatorio de Salud de las Mujeres (Ministerio de Sanidad), Isabel Espiga. "Había mucha variabilidad en las cifras de cesáreas, entre comunidades, entre unos hospitales y otros, incluso en los mismos hospitales. Ahora es más homogéneo", añade.

      Asociaciones como El Parto Es Nuestro, implicadas desde 2003 en conseguir que las cesáreas disminuyan, aplauden estos datos, pero advierten: "Esperamos que el descenso no sea a costa de un mayor número de partos instrumentalizados o con fórceps", dice su presidenta, Marta Parra.