FPP: Fecha probable de parto
Fecha programada
¿Existe una fecha?
Tu fecha de parto puede no ser la fecha de nacimiento de tu hijo.
Por Marilyn Starr Curl, CNM, LCCE, FACCE
En el momento en que te enteras que estás embarazada, comienza la cuenta regresiva hasta tu fecha de parto. Pero la pregunta aparentemente simple “¿Para cuándo esperas?” en realidad puede ser respondida sólo por una persona: tu bebé.
Para las generaciones anteriores de mujeres, el concepto de fecha de parto era “alrededor del Día de Acción de Gracias” o “para fines del otoño”. A medida que el parto se trasladó del hogar a los hospitales, a las mujeres se les comenzó a dar una fecha aproximada en la que podían esperar internarse en un hospital y se la llamó “fecha estimada de internación”. Con el tiempo, ese término evolucionó a “fecha estimada de parto”, ahora llamada “fecha de parto”.
Lamentablemente, una fecha de parto específica ha hecho que las mujeres (y sus familias y amigos) pongan demasiado énfasis en un día preciso: hasta el punto de planear su vida alrededor de eso. Sin embargo, tu bebé no tiene un almanaque, por lo que no resulta sorprendente que menos del 10 por ciento de los bebés nazcan efectivamente en la fecha en la que estaban previstos. Para el otro 90 por ciento de las embarazadas, ¿qué significa realmente la fecha de parto?
El juego de los números
Muchos profesionales de la salud utilizan la ecografía para indicar la fecha de parto, pero no te dejes llevar por la tecnología. Una fecha basada en una ecografía puede diferir en una semana o más según la destreza del técnico, el momento en que se realizó el estudio y el tamaño del bebé. Hasta las 13 semanas de gestación, la mayoría de los bebés crecen al mismo ritmo, pero a medida que avanza el embarazo, el tamaño del feto se corresponde cada vez menos con la cantidad de tiempo que el bebé lleva en el útero. Entonces, a pesar de que muchos médicos siguen indicando ecografías para reevaluar la fecha de parto de una mujer a lo largo de su embarazo, con el paso del tiempo la fecha en realidad se torna cada vez menos precisa. En realidad, no se necesita una ecografía para determinar la fecha de parto, a menos que no sepas la fecha de tu último período menstrual.
Si sabes la fecha de tu último período, intenta el siguiente cálculo, llamado Regla de Naegele. Los bebés tienen un período gestacional de alrededor de 280 días, entonces cuenta 3 meses hacia atrás desde el primer día de tu último período y suma 7 días más. Tu fecha aproximada de parto es ese día del año siguiente. Presta atención a la palabra “aproximada”: tu bebé crecerá y madurará con su propio cronograma. Lo único que sabrás con seguridad es que el parto será dos semanas antes o después de ese día.
A esperar
Muchas mujeres (y sus médicos) se apegan tanto a la fecha de parto que, si el bebé no nace ese día, programan una inducción. Pero como la fecha probable de parto es poco fiable de por sí, una inducción puede hacer que el bebé nazca demasiado pronto. Estos lactantes “casi a término” (como se los conoce) pueden tener problemas para respirar, mantener la temperatura corporal y amamantar, y a menudo requieren atención hospitalaria especial después del parto.
La inducción también entraña riesgos para ti: las investigaciones han demostrado que las madres primerizas sometidas a una inducción del parto tienen el doble de probabilidades de ir a cesárea que aquellas cuyo trabajo de parto comienza solo. Cuando permites que tu bebé elija su propia fecha de nacimiento, significa que está listo para comenzar la vida fuera del útero.
Recuerda: la fecha de parto es una aproximación a la fecha en que darás a luz, no una garantía. Si se te ha pasado la fecha de parto, simplemente tómalo como más tiempo para establecer un vínculo con tu bebé, para prepararte mentalmente para la maternidad, para hablar con tu pareja acerca de su papel durante el parto y para dejar lista tu casa para la llegada del bebé. Considera decirles a tus familiares y a tus amigos que esperas “para mayo” en lugar de dar una fecha específica, así podrás prevenir un aluvión de llamadas hacia el final de tu embarazo. Confía en que tu bebé sabrá cuando es el momento para la salida triunfal. Para todos habrá valido la pena esperar.
¿Existe una fecha?
Tu fecha de parto puede no ser la fecha de nacimiento de tu hijo.
Por Marilyn Starr Curl, CNM, LCCE, FACCE
En el momento en que te enteras que estás embarazada, comienza la cuenta regresiva hasta tu fecha de parto. Pero la pregunta aparentemente simple “¿Para cuándo esperas?” en realidad puede ser respondida sólo por una persona: tu bebé.
Para las generaciones anteriores de mujeres, el concepto de fecha de parto era “alrededor del Día de Acción de Gracias” o “para fines del otoño”. A medida que el parto se trasladó del hogar a los hospitales, a las mujeres se les comenzó a dar una fecha aproximada en la que podían esperar internarse en un hospital y se la llamó “fecha estimada de internación”. Con el tiempo, ese término evolucionó a “fecha estimada de parto”, ahora llamada “fecha de parto”.
Lamentablemente, una fecha de parto específica ha hecho que las mujeres (y sus familias y amigos) pongan demasiado énfasis en un día preciso: hasta el punto de planear su vida alrededor de eso. Sin embargo, tu bebé no tiene un almanaque, por lo que no resulta sorprendente que menos del 10 por ciento de los bebés nazcan efectivamente en la fecha en la que estaban previstos. Para el otro 90 por ciento de las embarazadas, ¿qué significa realmente la fecha de parto?
El juego de los números
Muchos profesionales de la salud utilizan la ecografía para indicar la fecha de parto, pero no te dejes llevar por la tecnología. Una fecha basada en una ecografía puede diferir en una semana o más según la destreza del técnico, el momento en que se realizó el estudio y el tamaño del bebé. Hasta las 13 semanas de gestación, la mayoría de los bebés crecen al mismo ritmo, pero a medida que avanza el embarazo, el tamaño del feto se corresponde cada vez menos con la cantidad de tiempo que el bebé lleva en el útero. Entonces, a pesar de que muchos médicos siguen indicando ecografías para reevaluar la fecha de parto de una mujer a lo largo de su embarazo, con el paso del tiempo la fecha en realidad se torna cada vez menos precisa. En realidad, no se necesita una ecografía para determinar la fecha de parto, a menos que no sepas la fecha de tu último período menstrual.
Si sabes la fecha de tu último período, intenta el siguiente cálculo, llamado Regla de Naegele. Los bebés tienen un período gestacional de alrededor de 280 días, entonces cuenta 3 meses hacia atrás desde el primer día de tu último período y suma 7 días más. Tu fecha aproximada de parto es ese día del año siguiente. Presta atención a la palabra “aproximada”: tu bebé crecerá y madurará con su propio cronograma. Lo único que sabrás con seguridad es que el parto será dos semanas antes o después de ese día.
A esperar
Muchas mujeres (y sus médicos) se apegan tanto a la fecha de parto que, si el bebé no nace ese día, programan una inducción. Pero como la fecha probable de parto es poco fiable de por sí, una inducción puede hacer que el bebé nazca demasiado pronto. Estos lactantes “casi a término” (como se los conoce) pueden tener problemas para respirar, mantener la temperatura corporal y amamantar, y a menudo requieren atención hospitalaria especial después del parto.
La inducción también entraña riesgos para ti: las investigaciones han demostrado que las madres primerizas sometidas a una inducción del parto tienen el doble de probabilidades de ir a cesárea que aquellas cuyo trabajo de parto comienza solo. Cuando permites que tu bebé elija su propia fecha de nacimiento, significa que está listo para comenzar la vida fuera del útero.
Recuerda: la fecha de parto es una aproximación a la fecha en que darás a luz, no una garantía. Si se te ha pasado la fecha de parto, simplemente tómalo como más tiempo para establecer un vínculo con tu bebé, para prepararte mentalmente para la maternidad, para hablar con tu pareja acerca de su papel durante el parto y para dejar lista tu casa para la llegada del bebé. Considera decirles a tus familiares y a tus amigos que esperas “para mayo” en lugar de dar una fecha específica, así podrás prevenir un aluvión de llamadas hacia el final de tu embarazo. Confía en que tu bebé sabrá cuando es el momento para la salida triunfal. Para todos habrá valido la pena esperar.
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