Mujeres visibles, madres invisibles
“La paternidad y la maternidad hoy se contradicen con las actividades visibles, sobre todo para las mujeres. Las mujeres SOMOS VISIBLES EN EL ÁMBITO EXTERNO (en el trabajo, en la profesión, en el deporte, en la política, en los ámbitos sociales, …), y cuando devenimos madres ingresamos en un lugar totalmente invisible”
“LA MATERNIDAD COMUNITARIAMENTE NO TIENE NINGÚN PRESTIGIO y por tanto la invisibilidad de la maternidad hace que las mujeres dejemos esos espacios y tratemos de desplegar, como es lógico, un lugar donde sentimos que existimos”
“El hogar es el lugar que hemos ido dejando las mujeres justamente porque alimentar, preparar comida, servir un alimento sano, permanecer juntos y comer, pasó del ámbito de los actos invisibles y la mujer hoy en día no es reconocida por ese trabajo. Son espacios que estamos dejando de ocupar en perjuicio de los niños”
“El desafío de las próximas generaciones de mujeres es ver qué podemos hacer para integrar los espacios de mujeres que el feminismo en las últimas generaciones hemos conquistado (estudiar, trabajar, actuar en política, …). Pero el problema es que en esta conquista hemos perdido otra parte que es muy femenina, es muy nuestra y también es muy poderosa. Lo que pasa es que hemos relacionado la maternidad con un lugar de sometimiento y LA MATERNIDAD NO DEBERÍA SER UN LUGAR DE SOMETIMIENTO Y REPRESIÓN y yo creo que va a ser el desafío de las próximas generaciones ver cómo integramos los 2 aspectos”
Laura Gutman
CONCILIACIÓN TRABAJO EXTERNO-CRIANZA, la soledad de los niños de hoy, la revolución próxima y el papel de la mujer en la sociedad:
“No es el trabajo el que me necesita a mí, sino que soy yo la que necesita del trabajo. Las dificultades a que me refiero las he visto en mujeres con muchos recursos económicos y con pocos recursos. Además, ¿qué pasaría si nos damos cuenta como sociedad de que si las mujeres se repliegan un año del mundo laboral, cuando vuelven están en condiciones de darles a las empresas una lucidez redoblada?”
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“Pues yo creo que el problema no es trabajar. Yo trabajo desde los 15 años, me siento orgullosa, y además soy feminista de la primera hora. El problema es la valoración que le otorgamos al desempeño en el mundo laboral suprimiendo toda valoración a cualquier actividad que no sea rentable o visible. En este sentido, le hemos quitado toda visibilidad a la maternidad, y ése es el motivo por el cual sentimos que si permanecemos con los niños, quedamos devoradas por un túnel oscuro.
Por eso, el problema no es trabajar, el gran problema es regresar a casa y tener disponibilidad emocional para entregar al niño, ya que en ese momento entramos en una dimensión desconocida, invisible, desvalorizada, por lo tanto inexistente. Nadie quiere vivir en la invisibilidad. Muchas veces el trabajo es nuestro refugio, nuestra identidad, nuestra valoración. Pero profundamente, no es el trabajo lo que entra en contradicción con el maternaje, es el uso que hacemos de él.
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“El niño está escolarizado todo el día porque es el lugar al que van mientras los padres trabajan y todos suponemos que el niño tiene que aprender algo y no recibir cuidados amorosos. Por lo tanto, los niños de hoy están mucho más solos que los de tres generaciones anteriores.
No digo que las madres de antes eran mejores madres que nosotras ni mucho menos. Pero sí que antes criar a los hijos tenía valor social y existía la familia extendida: la abuela, el tío, el vecino y la calle (que hemos perdido como lugar de intercambio social). Por lo tanto, ahora el niño está solo y aislado.
El gran drama es que los niños están solos y las mamás y los papás estamos demasiado solos para criar a los niños. Y una mamá y un papá son demasiado pocos para responder a las necesidades de un niño. Por lo tanto, es lógico que pidan más. Lo que no es lógico es que su pedido lo entendamos como capricho en vez de entender que la realidad de ellos, y la nuestra, es dramática”
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“En la estructura patriarcal de los últimos cinco mil años conocemos el modelo de nuestras abuelas de mujer sometida, esclava sexual del varón, sin autonomía ni libertad personal y solamente madre. Y luego, de mayo del ’68 en adelante, con el advenimiento del feminismo, la anticoncepción, la libertad, la autonomía y el dinero con una salida al mundo en un modo masculino.
El desafío para las próximas generaciones es cómo hacer para encontrar un modelo integrado de ser mujeres, profundamente femeninas, con derecho a vivir la maternidad a pleno, con autonomía, libertad, manejo del dinero y trabajo.
Vamos a tener que inventar una manera femenina de circular por los ámbitos públicos. Creo que es una revolución que va a tardar varias generaciones, pero tenemos que empezar a pensarla. Hoy nos resulta difícil porque no tenemos modelos.
En este momento, las mujeres escapamos del hecho materno porque en el hecho materno dejamos de existir y nadie desea para su vida la no existencia. Esto no es inherente al ser humano, es inherente al patriarcado y nos va a corresponder a las mujeres encontrar una manera de vivir integradamente.
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“Yo fui feminista de la primera hora en Francia. Y lo hemos hecho bastante bien. Pero ahora las chicas jóvenes no toman como una conquista ir a la facultad y trabajar les resulta evidente. Nadie dice “me voy a casar para tener hijitos”. Eso socialmente ha sido una conquista. Pero quizás es tiempo de pensar más allá.
Hoy está sólo valorizada la DONCELLA –para ser consumida por el varón– o la mujer que trabaja –para ser sostenedora de la familia– y luego, cuando no es ni doncella ni proveedora, es descartada. Es algo de la lógica machista que la mujer madura que sabe más del femenino interno sea expulsada y pase a la invisibilidad social justo en el momento en que adquiere mayor sabiduría”
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“Expongo la dificultad actual para ejercer el rol de madres y padres, ahora que las mujeres hemos conquistado las calles. La maternidad ha perdido valor social. Cuando permanecemos con los bebés y niños pequeños en casa, sentimos que dejamos de existir.
Sin embargo, si no los atendemos, si no permanecemos con ellos, si no los alimentamos con paciencia, esos niños crecerán insatisfechos, ávidos, necesitados y luego se convertirán en lo que somos muchos de nosotros: adultos tardíamente deseosos de cuidados y amparo.
La revolución de las madres es una revolución silenciosa, amorosa y pacífica. El mundo cambiará cuando seamos capaces de integrar el amor y los cuidados amorosos en casa junto al despliegue de la autonomía y la libertad afuera”
VIDEOS: http://www.elblogalternativo.com/2010/02/03/mujeres-visibles-madres-invisibles/
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Gracias por publicar, lo que creo, todas sentimos y no podemos muchas veces expresar con las palabras. Estoy totalmente de acuerdo !!!!!!!
ResponderEliminarexcelente .... muy de acuerdo con el tema ...
ResponderEliminargracias por decir y publicar
lo que se siente ....