La peridural, que permite calmar el dolor durante el trabajo de parto, es un recurso cada vez más utilizado. En el ámbito de la salud privada de Rosario más de la mitad de las parturientas tienen a sus hijos con este método analgésico, llegando hasta el 80% en algunos sanatorios. La situación es diferente en el ámbito público. Por falta de recursos, el uso de la anestesia baja considerablemente. En el Hospital Roque Sáenz Peña se le coloca a una de cada diez mujeres. En la Maternidad Martin, que fue equipada en los últimos dos años, su uso trepó al 40%. Obstetras y anestesiólogos coinciden en que la analgesia para el parto, cuando es aplicada por un profesional entrenado, tiene mínimos riesgos y facilita el proceso. Es más, muchos consideran que al darle confort a la paciente hasta puede evitar una cesárea.
En la década del 80, con el advenimiento de nuevas drogas y catéteres, la peridural comenzó a cobrar protagonismo en el trabajo de parto. La práctica se duplicó en los últimos diez años y hoy puede decirse que su uso es habitual. Todos los profesionales aseguran que no debe indicarse masivamente sino que tiene que ser aplicada cuando el dolor de la mujer se torna insoportable e incluso si la paciente lo requiere. Sin embargo, no todas tienen acceso. En los hospitales públicos la falta de recursos técnicos suele impedirlo.
La Maternidad Martin es un claro ejemplo de cómo cambió el panorama al mejorarse las condiciones edilicias y la política en torno a este tema. En la “vieja maternidad” la aplicación de la peridural no superaba el 20%. “Teníamos 6 ó 7 mujeres en trabajo de parto en una misma sala. Para ofrecerles la analgesia hay que contar, primero, con un ámbito de privacidad y condiciones adecuadas, y además con un anestesiólogo que no sólo la coloque sino que siga de cerca todo el proceso. De allí que era imposible que pudiésemos otorgarla a todas las que la necesitaban”, explicó Silvia Carbognani, médica, directora de la Martin, entidad que tiene el mayor número de partos anuales en la ciudad.
Actualmente allí se hace el trabajo de parto en habitaciones individuales al tiempo que se incrementaron las posibilidades técnicas y profesionales. En dos años el porcentaje de uso de la peridural subió al 40%. Es más, entre las mujeres que suelen atenderse en efectores públicos circula el concepto de que “si lo tenés en la Martin es mejor porque te ponen anestesia”.
Jorge Kaller, jefe del servicio de anestesiología en dicha maternidad, reconoce y explica este cambio: “El acceso a la peridural en las instituciones públicas es un hecho muy importante en un momento tan significativo como es el nacimiento de un hijo. La incorporación en la nueva maternidad de más recursos humanos y una política adecuada permiten que hoy se le pueda brindar a todas las mujeres que lo necesitan”.
El anestesiólogo Máximo Gaischuk, que trabaja en el sector privado y también en el Hospital Centenario, dio su opinión: “Desgraciadamente en algunas oportunidades se choca con la limitante económica ya que todavía hay obras sociales e incluso prepagas que no cubren la peridural o sólo lo hace en ocasiones especiales como si el tratamiento del dolor no fuera suficiente motivo para hacerlo”.
Gaischuk agregó que es “increíble que hoy se considere a este procedimiento como un elemento de lujo” y que existan quienes se apegan al mandato bíblico de “parirás con dolor”. Y concluyó: “El dolor que mejor se soporta es el ajeno”.
¿Y los riesgos? Como todo acto médico, la aplicación de la analgesia para parto tiene sus indicaciones y sus posibles complicaciones. Estos potenciales riesgos deben ser explicados oportunamente a la paciente. Todos los consultados coinciden en que si se toman las medidas para evitarlos o minimizarlos, y el procedimiento está en manos de anestesiólogos especialmente capacitados, la tasa de complicaciones es muy baja. Entre los inconvenientes citan hipotensión de la embarazada (baja de la presión arterial), desaceleración del ritmo del parto, temblor y náuseas, dolor en la zona de la aplicación (espalda) y dificultades para orinar. En muy raras ocasiones la aplicación puede ocasionar lesiones en la médula.
Natural o medicalizado. En los últimos años creció la tendencia de “parto humanizado” que valora el proceso natural del nacimiento y rechaza el uso de drogas y mecanismos invasivos durante el mismo. “Si nos informamos, si nos conocemos, si nos escuchamos, si nos permitimos ser y sentir, seguramente buscaríamos otros recursos antes de optar por la famosa peri: movimiento, bañomasaje, visualización y compresas”, dicen desde Doulas de Rosario, un grupo de mujeres que trabaja en el marco del “parto respetado”.
Al respecto, el obstetra Hugo Páez dijo que sin dudas “el mejor parto es aquel que no requiere de ningún procedimiento invasivo”, pero destacó que hay situaciones en las que el uso de la peridural es conveniente. “Si está bien indicada es extraordinaria tanto para la mujer como para el bebé. Permite que el proceso sea más tranquilo y que se disfrute. De hecho, muchos partos vaginales, que es lo ideal, no terminan en cesárea gracias a la ayuda de la peridural”.
Martín Baraldi, presidente de la Asociación de Obstetricia y Ginecología de Rosario, destacó que es fundamental que la embarazada hable del tema con su obstetra en las consultas previas, algo que lamentablemente, dijo, no se puede dar en el sector público, donde habitualmente la paciente se atiende en efectores cercanos a su hogar y llega al hospital sólo en el momento del parto.
“No creo en la aplicación de la peridural porque sí. Pero está comprobado que un alto porcentaje de parturientas presentan dolor severo o muy intenso y que eso puede influir negativamente”, aseguró.
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Gracias y besos =)